Satisfaciendo sus deseos, el apasionado par se pone alocado el uno al otro en una plena delicia explícita

En una habitación oscura y apenas iluminada, el apasionado par se recuesta en su gran cama, anhelando satisfacer los deseos uno del otro.Sus manos exploran cada curva del cuerpo del otro mientras se acercan cada vez más al intenso deseo que se ha acumulado en ellos durante días.Ella apoya la cabeza en su pecho definido, sus dedos acariciando su duro pezón a través de su sudadera apretada.Sus ojos se encuentran, y él sabe que es el momento.Su mano baja lentamente hacia la cintura, sus dedos lujuriosamente cerca de la erección escondida en sus bóxers.Su boca curva una sonrisa maliciosa mientras comienza a acariciar su erección larga y bien afeitada, sus dedos ágiles subiendo y bajando por su espesor.Él lo observa con un mosaico de anticipación y emoción, sintiendo un estallido de sensaciones cuando su erección preparada para la oral se vuelve aún más dura entre sus habilidosas manos.Su propia mano llega hasta sus senos, acariciando y masajeando ellos a través de su ropa íntima ínfima, cada toque empujándola a un frenesí de placer aún mayor.Ella alza la vista nuevamente, sus ojos implorando más mientras pide que lo meta en ella.Él sonríe de regreso a ella, la hambre en su mirada aumentando cada vez más.La mujer se arquea, presionándose contra su pene, ansiosa por que su lengua le realice cunnilingus a su pústula húmeda.No puede resistirlo por más, necesita que lo haga dentro de ella.Él da un paso hacia adelante, alineándose con su entrada, su punta de pene rozando los labios de su clítoris hinchado.La entrada forzada causa que ambos se quedan sin aliento, la mujer gemiendo en alta voz al sentir su erección llenando cada parte de su vagina ajustada.Al comenzar a tenerla brutalmente, sus dedos encuentran su clítoris, presionándolo bajo su pulgar mientras su pene largo y largo lanza y salta por su humedad, llevándolos a ambos más cerca del punto de no retorno.Puede sentirse la vagina de cunnilingus mojada contra su pene con cada empuje, y sabe que está a punto de llegar a su orgasmo en su pene.Los amantes continúan su danza erótica, sus gemidos aumentando de volumen e intensidad.Su lengua trabaja a la par del pene, su boca succionándolo y echándolo con la precisión de un experto cunnilinguista.Al alcanzar su propio clímax, se retira y se masturba en su rostro, cubriéndola completamente con su caliente y espesa corriente.Mientras la lenguada limpia cada gota de su semina, la mujer sabe que esto sólo es el comienzo.Esta insaciable hambre nunca acabará para ellos.Su amorha ha alcanzado nuevas alturas de intensidad, dejándolos ambos cumplidos, agotados y anhelando más.