En una habitación iluminada apenas con luz, el Hombre Maduro caminaba de un lado para otro con ansiedad, su mirada fija en un pedazo de papel.El título decía Frenesí de Masturbaciones con mano madura y clímax explosivo.Sabía que esa noche sería la noche de mostrar sus habilidades máximas en el placer y en las masturbaciones manuales, y quería que todo estuviera a la perfección.A medida que continuaba preparándose, pudo escuchar cómo su corazón latía más fuerte que nunca.De repente, una mujer hermosa y desnuda entró en la habitación.Su cuerpo estaba cubierto de tatuajes que parecían contar las historias de su pasado.Sus grandes pechos subían y bajaban mientras tomaba profundas respiraciones, consciente de que esa noche no sería solo otra casualidad, sino un evento altamente esperado.El Hombre Maduro se sintió llenarse de energía al verla.La mujer se acercó y comenzó a acariciar su cuerpo con una mano experta, recorriendo su pecho escultorado hasta su pene, ya palpitante de anticipación.Al dársele una mirada larga, él sabía que la actuación había comenzado.El Hombre Maduro se tomó una respiración profunda, luego se sumergió en el mundo del placer.Empezó acariciando su propio pene, tomando y presionándolo suavemente mientras su mente viajaba a través de recordatorios de encuentros pasados y experiencias eróticas.Con cada estropeo, se volvía más sumergido en la acción, sintiendo cómo el palpitante de su pene se hacía más fuerte y más fuerte.Sabía que esto solo era el principio, tenía mucho más que ofrecer.Con un brillo de emoción, el Hombre Maduro introdujo su otra mano en el juego.Ahora, las dos manos trabajaban en armonía, una guiando al otra como recorrían su pene, causando una sensación creciente que resonaba a través de cada fibra de su ser.Su corazón latía más fuerte y más fuerte, indicando el orgasmo que estaba a punto de llegar.El aliento del Hombre Maduro se volvió más agitado, su cuerpo se tensó bajo los onda de placer que lo inundaban.La mujer, notando el orgasmo inminente, decidió que era hora de intervenir.Se agachó a su nivel, mirando a los ojos con un apetito insobornado por su semen.El Hombre Maduro sabía que el momento había llegado, podía sentir que su pene palpitaba y su corazón latía.Con un último poderoso empuje de sus manos, el Hombre Maduro envió oleadas de deleite por él, culminando en una poderosa erupción de su pene.Su semen disparó como un geiser, cubriendo el rostro y la pechera de la mujer con la prueba de su excitación.Ella sonrió a él con satisfacción, sus cuerpos bañados en la cálida luz del deseo.Cuando las ondas de fuerza disminuyeron y la habitación volvió a su antigua quietud, el Hombre Maduro y la mujer intercambiaron una mirada larga, reconociendo la intensidad de lo que habían experimentado.Sabían que su Frenesí de Masturbación con mano madura y clímax explosivo sería eternamente grabado en sus memoria, un evento que los excitó y llenó de satisfacción más allá de lo que sus mayores expectativas podían ofrecer.
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