El solitario se divierte en el cuarto de baño

Como el solitario muchacho entra al baño mal iluminado, se siente un paroxismo de emoción y expectativa, sabiendo que es su lugar especial para relajarse y satisfacer sus deseos carnales.Se quita la ropa lentamente, disfrutando del contacto de la suave tela contra su piel mientras aumenta la tensión en su cuerpo.Sus pensamientos flotan hacia las diversas sensaciones que desea explorar en este instante íntimo solo.El agua tibia cae sobre él, proporcionando un alivio suave de los estragos del día.Abraza la jabeta y comienza a enjabonársela sobre su cuerpo fuerte, comenzando desde sus hombros musculosos y avanzando hacia abajo, particularmente enfocándose en su aplanado vientre, resaltando cada curva y risco con manos apremiantes.A medida que sus deseos se vuelven más fuertes, su mano se dirige al sur hacia su pene erecto, palpitando con cada latido de su corazón acelerado.Comienza a frotarse a sí mismo de manera lenta, relanzándose en el placer que viene del tocarse su firme y sensible miembro.Sus pensamientos se desplazan a fantasías de ser tocado por la mano de otra persona, envolviéndolo en una temblorosa delicia de placer y euforia.La presencia caliente y erótica lo envuelve, la toque de la mano de otra persona lo lleva en un furor de placer y euforia.Las manos imaginarias masajean sus bolas, suaves tirando de ellas, aumentando los sentimientos que corren por su cuerpo.Las dedos imaginarios deslizan fluidamente por su pene, creando una tensión sensual que solo él puede liberar.Su respiración se hace pesada y rápida con la anticipación de alcanzar el orgasmo que se acerca cada vez más.Con cada empuje, el contacto de las manos imaginarias lo lleva aún más cerca de la falda hasta que, con un temblor deslumbrante, se estalla en una orgía espontánea, esparciendo su liberación en el suelo del baño.El agua continúa su ritmo constante, ahogando el sonido de la habitación mientras el muchacho solitario disfruta del resplandor del atardecer de su intenso experimento.Se deleita en la satisfacción que solo el promesado de otra encuentro puede proporcionar.Al salir de la bañera, una sonrisa complacida cubre su rostro, sabiendo que este fue solo uno de muchos momentos que compartirá con sí mismo y su amante imaginario en los años por venir.